miércoles, 4 de agosto de 2010

" Vino que me haces mal, vino que me estás matando...."

"El que bebe se emborracha;
el que se emborracha se duerme;
el que se duerme no  peca;
el que no peca vá al cielo y puesto que al cielo vamos...Pues entonces bebamos ¡¡¡..."

Según me contaron,hace yá muchos años...en el arco de entrada a un sótano o cripta, que funcionaba como bodega, rezaba este escrito en un Monasterio Benedictino en Francia o Argentina...( no lo sé).Mas que tentadora la idea de ingresar a un refugio etílico con este anuncio que además de permitir el uso y exceso del néctar de los dioses aseguraba la entrada sin escalas ni trámite burocrático alguno al reino de los cielos.
Para los que NO tenemos cultura alcoholica desarrollada; ni por beber en abundancia sin que nos afecte el sensorio, ni por conocer técnicamente lo que estamos bebiendo, el vino tinto es más un elemento aglutinante que un protagonista elemental y básico de una mesa gourmet.Como se los define en ocasiones, a ciertos vinos de no muy pulida alcurnia: vinos de conversación...vinos para chupar....
En Argentina y con el advenimiento de la industria del varietal,aparecieron y se desarrollaron excelentes vinos; muchos; muchísimos vinos.Algunos de valores notablemente altos para la clase media Argentina ( la franja que más los consume).
Tiempo después se pusieron muy de moda los cursos y catas para conocer lo que se bebe y entrenar paladares anestesiados por años por el efecto de mezclas dulces,muy alcoholicas y sin cuerpo alguno.
Todo esto a sido muy bueno para la industria vinera, incluso con premios ganados en los más importantes eventos del sector con el Malbec siempre como punta de lanza.

Ahora bien esto tá buenísimo...pero y el consumidor ? porque una vez que se apagó la moda de "saber de vinos" que quedó ?. Quienes saben de vinos ?...En general muy ,muy pocos, poquísimos consumidores conocen realmente del tema y catalogan y compran según su precio....si es caro es bueno...Incluso los encargados de las vinotecas no pueden resistir la tentación de asociar costo-calidad a la hora de enchufarnos una caja de algún roble de guarda...(?).
En una empírica encuesta, carente total de valor científico alguno,llevada a cabo por quién escribe durante sucesivos asados de diferente pelaje en un lapso aproximado de 4 años el hallazgo elemental fué que  por encima de los 25 $ de valor por botella de tinto el 90 % de los consumidores,bebedores y/o sommeliers argentos no pueden distinguir nada.
Es decir que un Cabernet Sauvignon roble ( 15 años) sabe igual que un Tannat que cruzó el charco el año pasado...El mencionado estudio de campo se realizó en la primer hora de cada encuentro gastronómico, después de pasadas las primeras horas se complicaba distinguir la puerta del baño con la de salir a jugar...Imposible pedir entonces asociaciones de calidad, origen y demás...
Para complicar más aún el panorama, al consumidor local se le  puso a disposición todo un diccionario de términos asociados a las vides; algunos realmente complejos de comprender y mucho más de aplicarlos...ej: Este es un vino...ambicioso....(?); o Este vino tiene notas características de una tarde de otoño...( ????? ), o Hay tintos que son agresivos y también blancos que se  dejan y no oponen resistencia...(????); así es amigo/a ; el Yin y el Yan en la mesa del asado entre la panera desbordada y el bol de las costillas para Colita....
Este país es Mágico ¡¡¡ 

Conclusión:La primera que se me ocurre no es la más importante y habla de los usuarios snob de vino...y habla mal; quiero decir que si un señor clasifica al vino por su valor monetario y no por sus cualidades de producto es un torpe, un supérfluo,un new rich...que poco o nada sabe de vinos. En la Argentina abundan estos personajes,de abultada billetera e inexistentes bibliotecas...importantes sin duda, ya que gastan sin saber y "mueven" la industria vitivinícola.Pero el vino elemento escencial que se comparte no permite que se lo utilice como bien material de ostentación.
La segunda y última se transforma en sugerencia ; tomar vino bueno y en poca cantidad, evitar el consumo en solitario y propender a los encuentros gastronómicos y como bien dice mi amigo Mallmann que no sean de más de 8 comensales...
Y por sobre todas las cosas no sucumbir ante el engaño de explicaciones de todo aquello que no merece ser explicado. Igual que con la Fé . Agur ¡

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