sábado, 14 de marzo de 2015

El Combate de San Carlos - Carlos Di Fulvio

El silencio se adueñó del campo
cuando quedóse inmóvil la oveja.
Un caballo, levantó la oreja,
escondió un temblor entre los flancos
y en el belfo de su pico blanco
se amacó el amague del un relincho.

Una mano que sube de un brinco
queda paralítica, en visera.
El pulgar hundido en la melena
acaricia el hueco de la mente,
y la transpiración de repente
abre las vertientes de la cara.

La noticia fue a la comandancia
y ésta mandó más ojos a ver
como desde el fondo de la tierra
los remolinos a la distancia
pintaban la más grande avalancha
que pueda imaginarse en la vida.

La voz del clarín clavó su astilla
en los tímpanos de la frontera de San Carlos
Boer se desespera...
¡Como para no!... si son apenas
puñado de arena sus milicos.
Y los indios, una cordillera.

Pero no tiene tiempo la pena
de hacer tragar sus buches amargos.
Ya pisan el suelo de San Carlos;
don Rivas, Catriél y Coliquéo.
Vienen alentando a los lanceros
que según Catriél ya son cristianos.
...(Pero la sangre entre los hermanos
al fin y al cabo no se revela,
no puede renegar a las tetas
que hasta hace poco lo alimentaron.)

Calfucurá, en el otro bando,
arengaba firme al regimiento:
- Pie a tierra les enseñaremos
a los infantes que somos toros-
Y aunque fuese de otro modo
el modo que nos reciban,
dejen la vida si la estiman,
pero no reculen.

En eso levantaron las nubes
toda una catedral de alaridos
y un cortinado de tres mil indios
cubrió el horizonte de San Carlos.

Allá fueron: Rivas, Boer, Ocampo,
Levalle, Catriél y Coliquéo.
...(Pero la sangre tira y no es cuento...)
Los indios de Catriél no pelearon
-¡Han de portarse como cristianos!
el grito de Cipriano fue trueno
y pidió cincuenta fusileros
con los que raleó a los cobardes.

Cuando ordenó volver al ataque
los Pampas se vieron traicionados.
Y antes de sentirse derrotados
sintieron la ira y el desprecio.

Volcanes de la sangre en acecho
despidieron coágulos por lava,
y en las entrañas de la batalla
los perros del odio se prendieron.

Calfucurá llamó a retirada
su dolor disolvió las salinas.


Gráficos de los 2 movimientos principales de la batalla, en la que Calfucurá, terminó su poderoso dominio...








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