martes, 7 de septiembre de 2010

Se fué...

Amanecía y le dijo Te quiero...y dos lágrimas perlas cayeron por el propio peso de la emoción que las produjo.
Muy cansados volvieron a dormirse , embriagados de ellos mismos se durmieron.
Al despertar le dijo Te quiero y ella lo abrazó fuertemente ,tanto que una sola respiración les era suficiente. Dos corazones, un solo latido.
Y el volvió a decirlo y lo repitió y ella lo miraba y el seguía repitiendo...Te quiero.

Tantas veces lo dijo que la magia de esas palabras mágicas dichas en todo el mundo y sin autor que las reclame, dejaron de producir magia....
Al atardecer, ella se despidió en silencio; el en silencio la vió alejarse como queriendo alcanzar  al sol que solo se hundía en el horizonte.

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